¡Empaca todas tus cosas y vete de viaje por las islas! Dirígete a la vibrante y acogedora Naxos, la perfecta puerta de entrada a las Cícladas... a Amorgos, la isla de El Gran Azul y, como broche de oro, a las Pequeñas Cícladas, donde te esperan Donusa, Iraklia, Shinusa y las intrigantes islas Kufonisia, con una comida maravillosa, finas arenas blancas y aguas poco profundas que transforman el mar en todo tipo de tonos azules y verdes de ensueño.
Naxos te abre el apetito
Naxos sabe cómo tratar a sus huéspedes. Al llegar en barco, el antiguo Portara (el monumento parecido al logotipo de National Geographic) te da la bienvenida, después del cual hay una letanía de playas donde podrás adorar al sol. Desde las organizadas Agia Anna y Agios Prokopios, hasta las pequeñas gemas de Aliko y Panormos, pasar un día en cualquiera de las playas de Naxos es una experiencia muy placentera. Al fin y al cabo, los naxianos son tan relajados como los icónicos kuros: las colosales estatuas de hombres a medio terminar que han estado descansando sobre sus espaldas en el mismo lugar durante siglos.
Serás recibido con los brazos abiertos y un plato lleno: los quesos (graviera, arseniko, myzithra y xynotiri) y las patatas de la isla (gracias al suelo rico en potasio) son famosos en toda Grecia. Y la miel... bueno, si te llevas una botella a casa, también llevarás contigo el tomillo, el brezo, la salvia, el orégano y las flores de primavera de las que se alimentan las abejas. Y recuerda: puedes venir en cualquier momento del año, no solo en el pico del verano. El pintoresco valle de Tragaia, con sus docenas de pueblos encantadores y más de 30 iglesias bizantinas, aunado a un fácil acceso al aeropuerto, te brinda muchas opciones de escapadas en la isla.
El irresistible encanto de Amorgos
Seguramente querrás bajar esos quesos y patatas que te comiste en Naxos. Tan pronto como llegas a Amorgos (alrededor de 75 minutos en ferri), querrás subir al increíblemente alto y delgado monasterio de Panagia Hozoviotissa, que se aferra con fuerza a la roca. La indescriptible vista te recordará por qué el El Gran Azul fue filmado aquí.
Las opciones para darse un chapuzón son infinitas: las famosas playas de Katapolas y Aigiali, la arenosa Agios Pavlos, la tranquila Fokiotrypa al norte, o Kalotaritsa al sur... y así sucesivamente.
Las ruinas de las ciudades-estado de Arkesini, Minoa y Aigiali son fascinantes, al igual que el castillo del siglo XIII. Eso sí, no te vayas sin haber probado la deliciosa carne de cabra al horno cocida en salsa de tomate, miel y papas, y el tradicional raki tostado tipo aguardiente. No te decepcionarás.
Kufonisia: dos pedacitos del cielo en la tierra
Navegamos no solo a un paraíso en la tierra, sino a dos: las celestiales islas Kufonisia. Ubicadas a tan solo 40 minutos de Naxos, las islas forman parte del archipiélago de las Pequeñas Cícladas. De hecho, la habitada Ano (Superior) Kufonisia es la más pequeña de todas las Cícladas en términos de superficie. Pero aun así se las arregla para causar un gran impacto.
Las arenas doradas y las aguas azul verdosas han atraído durante mucho tiempo a los conocedores. Con tan solo echar un vistazo a las playas de Finikas, Fanos, Italida y Pori entenderás por qué.
No podrás resistirte a la sencillez de Kufonisia y su Hora (el único asentamiento en la isla). Aquí encontrarás todo lo que necesites, y sus habitantes son tan dedicados y acogedores como cabría esperar.
Donusa, Iraklia y Shinusa
Para un cierre con broche de oro, pasamos a Donusa, Iraklia y Shinusa (también parte de las Pequeñas Cícladas o Cícladas Menores), ubicadas a solo 1-1.2 horas de Naxos. Su población conjunta de menos de 1.000 habitantes conserva intacta su identidad.
Mientras circunnavegas la isla de Donusa en caique, adorarás las cuevas marinas, al igual que las focas monje que se refugian allí. Y la celestial bahía de Kedros, con sus cedros, arena dorada y aguas azules, se hace aún más memorable gracias al naufragio alemán que yace en el fondo del mar.
Iraklia es una isla de colinas ondulantes donde sobresalen los 100 m de altura de la roca de Merihas, el lugar de anidación perfecto para muchas aves raras. Aquí también se encuentran las hermosas cuevas de Agios Ioannis Prodomos, una formación geológica que presenta impresionantes estalactitas y estalagmitas.
Y finalmente nos dirigimos a Shinusa. Aquí, más allá de los deliciosos, pepinos, melones, tomates, berenjenas, judías verdes, higos y otros productos, los isleños han adquirido reconocimiento internacional gracias a sus galardonadas habas (guisantes amarillos partidos).
Naxos, Amorgos y las Pequeñas Cícladas
Una degustación de islas por las Cícladas
Desde los brazos acogedores de Naxos, hasta el encanto de Amorgos y la simplicidad y belleza natural de las Pequeñas Cícladas... te espera una travesía de isla en isla que satisfará tu apetito y te dejará anhelando que tu viaje nunca termine.
