Donusa, Iraklia y Shinusa

Puede que tengan pocos habitantes, pero los islotes de Donusa, Iraklia y Shinusa —los cuales junto a las Kufonisia conforman las Pequeñas Cícladas— están llenos de personalidad y encanto.

Al caminar a lo largo de sus senderos, descubrirás playas en costas de arena blanca adornadas con lirios y colinas bajas cubiertas de violetas, lavanda y mejorana silvestres. Y, como si esto no fuera suficiente, también disfrutarás del hermoso azul del Egeo.

Los encantadores asentamientos de las islas te invitan a dar un paseo vespertino entre palmeras, algarrobos e higueras. Aquí el tiempo no se mide como estamos acostumbrados. El tiempo es cósmico y está dado por los movimientos del sol, la luna y las estrellas.

¿Qué hacer en Iraklia?

Las bahías de Merihas y Alimia

Merihas es un escenario natural impresionante, donde las rocas verticales de 100 m que la rodean son el sitio de anidación perfecto para muchas aves raras. Dos hermosas playas complementan el paisaje. En Alimia, debes disfrutar del agua cristalina y sumergirte en las profundidades para ver el hidroavión alemán que se hundió aquí durante la Segunda Guerra Mundial.

Agios Ioannis Prodromos

Una de las cuevas más bellas de las Cícladas —cuyo interior alberga una magnífica colección de estalactitas y estalagmitas— merece una visita, especialmente en el día de Agios Ioannis (San Juan), cuando las vísperas se celebran en su primera cámara. 

Las pinturas rupestres de Bousoules

¿Cuál es la respuesta al misterio del origen de estas marcas? ¿Serán acaso una suerte de mapa del tesoro hecho por piratas para recordar el escondite de su botín? ¿Serán el resultado de largas horas de reflexión astronómica de los antiguos habitantes de las Cícladas? ¿O acaso serán simples señales que denotan puntos de referencia como aldeas o manantiales? Las grandes piedras con sus intrigantes diseños en espiral continúan desconcertando a los expertos. Quizás seas tú quien pueda dar respuesta al acertijo... ¡o tal vez te quedes con la sensación de que lo único que lograste hacer fue palpar unas cuantas rocas!

¿Qué hacer en Shinusa?

La Hora

Construida sobre una colina como defensa contra los piratas, la Hora es difícil de detectar a primera vista, pero una vez que estés allí, podrás disfrutar de sus impresionantes vistas del Egeo. Visita la iglesia de Isodia tis Theotokou y admira famoso icono de la Virgen María. Por la noche, en el café de la calle principal, hay fiestas con música improvisada de violines y laúdes y una gran cantidad de comida, acompañada por supuesto de un buen raki casero como digestivo. Eso sí, ¡no te olvides de probar la famosísima y galardonada fava local (crema de guisantes partidos)!

Mesaria

La pequeña aldea con sus dos molinos de viento y la Iglesia de Evaggelistria, conocida por su colorido iconostasio, son un lugar fascinante para realizar una excursión por la tarde.

Rápel

En el desfiladero de Harakas se organizan excursiones de rápel para los amantes del deporte, quienes pueden disfrutar de la belleza natural y la vista de Tsigouri y Fidou.

Viajes en bote

Ya sea en tu propio barco o en taxi acuático, puedes circunnavegar la isla haciendo paradas para darte un chapuzón en playas de incomparable belleza natural, tales como Gerolimionas y Sifneiko, de difícil acceso a pie. O si lo deseas, puedes dirigirte a otras islas de las Pequeñas Cícladas.

¿Qué hacer en Donusa?

Mersini

Al sureste de la isla, construido sobre una pendiente, se encuentra este pueblo montañoso con una vista impresionante del mar Egeo. Las casas son de piedra, con árboles frutales y vegetales en sus jardines, y manantiales en las cercanías. La Iglesia de Agia Sophia destaca en lo alto de la colina y hay un sendero que conecta al pueblo con dos de las playas más bellas de la isla, Livadi y Fikio.

Circunnavegar la isla

Circunnavegar la isla en caique es una experiencia inolvidable. Adorarás Fokospilia (donde las protegidas focas monje encuentran refugio) y la cueva marina Spilia tou Tihou.

Playa Kedros

A solo un kilómetro del puerto te espera una bahía celestial con cedros, arena dorada y aguas azules. Y en el fondo del mar aguarda una sorpresa: el naufragio de un destructor alemán de la Segunda Guerra Mundial.