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Algunas islas fueron creadas para ser recorridas, sobre todo aquellas que forman parte del famoso archipiélago de las Cícladas y son tan accesibles desde Atenas. El manto verde de Andros, la majestuosidad de Siros y las playas de Tenos son apenas el comienzo de lo que ellas tienen para ofrecer. Puedes visitarlas en velero o ferri, elegir tus paradas y extender o acortar tu estadía. Sea cual sea tu elección, prepárate para vivir una gran aventura, isla por isla.
Te resultará imposible creer que en apenas 2 horas puedes ir del puerto de Rafina (al este de Atenas) a las Cícladas. Sin embargo, Andros es completamente diferente a las demás islas de las Cícladas. Estás a punto de averiguar por qué.
Encontrarás los mismos elementos venecianos, bizantinos y cicládicos que están presentes a lo largo y ancho de las Cícladas. Pero aquí se acaban los parecidos. Situado en una estrecha península en la costa este de Andros, el pueblo principal (o Hora) ha sido marcado por años de riquezas ligadas al transporte marítimo, evidenciados en las casas de capitanes, el Museo Marítimo y el Museo de Arte Contemporáneo (una colección privada con más de 300 piezas de artistas griegos e internacionales). Cruza el puente de piedra que conecta la ciudad con un islote. Allí te esperan los restos de un castillo veneciano. Después, explora la costa hasta que consigas el faro de Tourlitis.
Es hora de que te consientas con un chapuzón. Justo al norte de Hora está la perfecta playa de Nimporio, totalmente protegida de los vientos de verano (Meltemia) que a menudo soplan en Andros. Hay una roca (conocida por los lugareños como Tourlos) que divide la playa en dos secciones: una de arena y la otra de guijarros. Alternativamente, puedes caminar unos 10 minutos hasta las arenas doradas y aguas azules (y cristalinas) de Piso Gialia. Tendrás que ingeniártelas para recorrer los 120 pasos que separan la carretera de la playa.
Terminarás el día incursionando en la aldea de Stenies, un asentamiento en las laderas, justo encima de la playa de Piso Gialia. En la parte alta encontrarás más casas de capitanes (Stenies está también visiblemente marcada por las actividades ligadas al transporte marítimo). Entretanto, en la parte baja, hay un ambiente totalmente tradicional en el que destaca la Torre de Bisti-Mouvela, una torre de tres pisos que data del siglo XVII. Entra a un "kafeneion" para descubrir lo más puro de la vida aldeana.
Hoy, si te animas, una caminata y una excursión a algunas cascadas te revelarán un mundo de naturaleza virgen, al que le seguirá una nueva dosis de vida aldeana. Pero tranquilo, esto no es todo. Sabemos muy bien que estás aquí para pasar un buen rato en las playas.
Con tanta agua en Andros, sobran las oportunidades para disfrutar de la naturaleza, especialmente en las rutas de senderismo que conducen a las aldeas. Basta solo con caminar 10 minutos desde la aldea de Apikia hasta las cascadas de Pithara para conocer la exuberancia de la vegetación de la isla. Asimismo, vale la pena dedicar medio día a hacer senderismo (preferiblemente con un guía) entre Apikia y la playa de Gialia (a unos 5 km). Antes de salir de Apikia, asegúrate de visitar los manantiales de Sariza, una fuente con manantiales y riachuelos en medio de la aldea. Luego, dirígete a las cascadas y camina de vuelta hacia la costa. Si haces la caminata de medio día, pasarás de largo la playa de Achla y te dirigirás directamente a Menites.
Ahora nos vamos a una de las playas más hermosas de la isla. El camino de tierra que conduce a Achla desde la aldea de Vourkoti está lleno de baches, así que, si no tienes un 4x4, la mejor manera de llegar es en barco desde Hora. Disfrutarás de una playa de finos guijarros blancos, conchas marinas trituradas y aguas cristalinas, con un fondo de plátanos de sombra atravesados por un río. Achla es, además, una de las playas más tranquilas cuando sopla el viento. Un dato extra: cerca está la pequeña y pintoresca iglesia de Agios Nikolaos.
Continuamos hacia la pequeña aldea de Menites, construida entre nogales y plátanos, y rodeada de más riachuelos y manantiales. ¿Qué mejor lugar para terminar el día que una taberna o un café en la pintoresca plaza principal? Pide que te cuenten la leyenda de las cabezas de león talladas que emanan agua de manantial en la entrada. Está relacionada con el origen del nombre de la aldea.
Hoy dedicaremos el día a la zona de Korthi, en el sur de Andros. Visitaremos una aldea tradicional o un asentamiento costero (tú eliges) y más paisajes increíbles. Además, haremos un viaje a la playa más famosa de Andros.
Otro hermoso lugar para comenzar el día son los 7 km del valle de Dipotamata, en el centro de la isla. Hay una buena cantidad de senderos en la zona, entre ellos un antiguo camino de piedra que otrora era la única conexión terrestre entre Hora y la aldea de Korthi. Pasarás los restos del castillo de Faneromenis (una herencia veneciana con vistas hermosas al mar), un puente arqueado de piedra, más de 20 molinos de agua y mucha, mucha naturaleza. Ahora bien, si prefieres ir directamente a la playa, olvídate de la caminata y detente en el puente de piedra para admirar la vista.
Esta es, probablemente, la playa más famosa de Andros y, sin duda alguna, la más fotografiada debido a la misteriosa roca con forma de columna que sobresale del mar, de la cual la playa toma su nombre. "El salto de la anciana" —el nombre de la playa en español— hace referencia a la historia de una anciana, a los otomanos, a la traición, al arrepentimiento y (lo adivinaste) a un gran salto desde las rocas. Llegar a la playa implica caminar un poco, pero serás recompensado con un baño fantástico y un entorno incomparable.
De nuevo terminamos el día en una aldea. De hecho, Korthi ha evolucionado a lo largo del tiempo en dos aldeas, ambas costeras y de montaña. Primero, disfruta de las casas y mansiones tradicionales en las colinas. Luego, baja a la bahía (llamada Ormos Korthiou o Gialos) y sacia tu apetito con un buen plato de pescados y mariscos en una taberna a orillas del mar. Si te provoca algo dulce, pide una pasteli (una barra de miel de sésamo) o unas amygdalota (galletas tradicionales de almendras por las que Andros es famosa).
Tu último día en Andros estará dedicado al lado occidental de la isla y terminará en el pequeño y animado pueblo de Batsi. Construido alrededor de un puerto, Batsi ha conservado su carácter de pueblo pesquero, sin embargo, está lleno de color, acción y lugares para comer. Pero antes de eso, tienes un par de fantásticas playas para elegir... dependiendo de tu preferencia (y el viento).
Tu primer contacto del día con la vida playera será en la arenosa y larga Fellos, una playa accesible y bajo la sombra de tamariscos, pero con pocas instalaciones. Hay un pequeño chiringuito —donde puedes disfrutar de un café con bocadillos— y una taberna cercana, pero poco más que eso. El agua es fantástica, pero ten en cuenta que puede verse afectada por los vientos del norte. Otras playas cercanas son Kourtali y Selki.
Si durante el día te dan ganar de cambiar de ambiente playero, a quizás algo más organizado y animado, Chrissi Ammos es el lugar al que debes ir. Situada entre el puerto de Gavrio y Batsi, Chrissi Ammos es una de las playas más populares de la isla gracias a su agua, su chiringuito, sus fantásticos deportes acuáticos y su privilegiada ubicación en una bahía protegida. Cuenta con todas las instalaciones que puedas necesitar, pero su nombre —que se traduce como Arena Dorada— esconde su característica más popular.
La aldea costera de Batsi es donde se concentra gran parte de la vida nocturna de Andros (y no en el pueblo principal, como generalmente sucede en las islas griegas). Muchos de los cafés, restaurantes, tiendas y bares se encuentran en el área del puerto. Busca la cooperativa local de mujeres que vende productos locales (la mayoría de las miembros son agricultoras). Aunado a esto, hay una playa arenosa con instalaciones, lo que convierte a Batsi es el destino principal de muchos turistas que visitan Andros.
Una vez finalizada tu aventura en Andros, te dirigirás a Siros (entre 2 y 3 horas en hidroala o ferri), el centro de las Cícladas y la capital del archipiélago. Dicho esto, Siros guarda pocas semejanzas con el resto de las Cícladas, ya que su pueblo principal, Ermúpoli, está lleno de coloridas mansiones neoclásicas en lugar de las típicas casas blancas con forma de cubos de azúcar. Toma el ferri que sale temprano por la mañana para aprovechar al máximo el día.
Las mansiones multicolores, que se elevan sobre el puerto de Ermúpoli cual asientos en un anfiteatro, producen una primera impresión que nunca olvidarás, al igual que lo hace el aura cosmopolita y animada del pueblo, legada por el apogeo comercial y artístico de la isla durante el siglo XIX. Visita la plaza Miaouli (con su gran ayuntamiento), la magnífica iglesia de Agios Nikolaos y el Teatro Apollo. Y prueba los dulces locales: las loukoumia (delicia turca) espolvoreadas con azúcar glas y el halvadopita (turrón blando relleno de nueces o arándanos).
Si bien es parte del pueblo principal de Siros, Vaporia merece dedicación exclusiva. Sus mansiones, de techos altos y emplazadas sobre el agua cual barcos (Vaporia significa Barcos), la convierten en el barrio más aristocrático de Ermúpoli. Tómate tu tiempo para pasear y elegir un lugar para almorzar. Pero antes de eso, toma un baño (o un café) en Playa Asteria, la cual es de hecho una plataforma rocosa con una de las mejores vistas de Siros. Asteria es, además, un lugar popular para bucear.
Es la elección perfecta para pasar un rato en la playa cerca de Ermúpoli, no solo porque es arenosa, sino también porque cuenta con una buena selección de tabernas. Asegúrate de explorar los alrededores. Puedes dirigirte a la pequeña iglesia de Agia Pakou (la vista es fantástica) o incluso a la cercana playa de Armeos, si quieres disfrutar de un chapuzón en solitario. Otro tesoro digno de mención es la iglesia de Agios Stefanos, literalmente construida en la boca de una cueva. Para llegar, recorre el sendero que conduce a ella o toma un barco desde Galissas.
Hoy pasarás el día explorando. Te dirigirás a Ano Siros (el impresionante pueblo sobre Ermúpoli) antes de emprender rumbo hacia un lugar que presume tener la mejor playa y marisquería de las Cícladas. Y, por último, terminarás el día en el remoto norte, en otra taberna épica con una vista del atardecer que nunca olvidarás.
Ano Siros es, en esencia, una extensión del pueblo principal sobre el puerto. Dejarás atrás el aura majestuosa, la arquitectura cicládica y el encanto veneciano de Ermúpoli para adentrarte en lo que alguna vez fue un pueblo fortificado inexpugnable. Encontrarás callejuelas ventosas (típicas de las Cícladas), cafés y tiendas que venden productos locales (la Piatsa es un nombre que debes recordar) y, en lo más alto, la Catedral Católica de San Georgio tiene unas vistas increíbles.
El paisaje cambia a medida que te diriges a la aldea de Kini, con sus barcos pesqueros y tabernas en el paseo marítimo. Elije la que más te guste y pide un meze de mariscos y pescado acompañado de un ouzo bien frío. Encontrarás numerosas referencias en Kini al importante papel que juega el mar en la vida de sus residentes, entre ellas un pequeño museo de embarcaciones pesqueras y una estatua de una sirena que sostiene y protege a un pescador. Y, como si lo anterior no fuera suficiente, Kini tiene una de las playas más hermosas de Siros, a la que puedes ir antes o después de la comida. ¡O antes y después!
Habiendo llegado tan lejos, vale la pena ir un poco más allá, hacia Apano Meria, que es el nombre que recibe gran parte del norte de la isla. Aquí el paisaje tiene su propio encanto. Es en parte árido y en parte montañoso. Es una mezcla de valles y costas escarpadas que atrae a muy pocos visitantes. Entre las muchas aldeas que hay para explorar destaca San Michali, famosa por su queso amarillo duro. Aquí hay una taberna que, probablemente, sirve la mejor combinación de comida y atardecer en la isla.
Hoy, otras dos playas estarán a tu disposición (elige la combinación que prefieras), junto a una incomparable aldea de corazón aristocrático donde otrora se reunía la nobleza Siros.
Si quieres una playa con tumbonas, cafeterías y un ambiente cosmopolita, y que a su vez sea ideal para familias, Agathopes es lo que estás buscando. Es una playa accesible y arenosa, con aguas poco profundas. El pequeño islote de Strongylo, ubicado justo al lado y conectado a la península por una delgada franja de tierra, la distingue del resto. Aquí encontrarás todo lo que necesitas para quedarte todo el tiempo que desees.
Si prefieres algo un poco más tranquilo, justo al lado está la playa de Komito. Aquí también encontrarás instalaciones, pero la cantidad de tumbonas y sombrillas disponibles es más reducida. No obstante, hay un chiringuito de playa que aporta un toque relajante al ambiente. Los árboles que bordean el fondo de la playa y las hermosas aguas turquesas redondean la experiencia.
Posidonia, el otrora corazón aristocrático de Siros y lugar de reunión de los señores y otros miembros de la nobleza, era conocido en otra época como Delagratsia, nombre que hace referencia a la iglesia católica de Madonna de la Grazia. Este legado se manifiesta en las mansiones señoriales, muchas de ellas con diseños neoclásicos. Visita la Villa Tsiropina (un centro cultural utilizado como ayuntamiento), así como las hermosas iglesias, entre ellas la capilla de Agios Ioannis. Otro dato importante es que aquí sobran las opciones para comer.
Tu última parada en este recorrido isla por isla será Tenos (a tan solo 30 minutos de Siros), un lugar de gran importancia religiosa, aldeas encantadoras y playas maravillosas, donde abundan los trabajos en mármol, las rutas de senderismo y la comida increíble. Si tomas un ferri en la mañana, tendrás todo el día para explorar. Al llegar, dedícale tiempo a la icónica iglesia del pueblo principal (todo un símbolo para los peregrinos). Y al final del día, dirígete a la playa.
Panagia de Tenos, la iglesia dedicada a la Virgen María, domina el pueblo principal (Hora). Es el centro de atención, no solo por estar construida sobre una colina, sino también por su significado religioso. Los peregrinos a menudo se acercan a ella de rodillas, a lo largo de una alfombra roja que llega hasta el puerto. Curiosamente, la iglesia alberga además la Galería de Bellas Artes de Tenos. Al explorar la zona, encontrarás callejones empedrados, patios, fuentes, casas con hermosos jardines y, por supuesto, cafeterías y restaurantes.
En Tenos las playas están siempre al alcance de la mano. Cerca de Hora hay dos lugares ideales para darse un chapuzón, completamente organizados y con excelentes condiciones para nadar. Agios Fokas está justo al lado del pueblo y, si bien la playa cuenta con tumbonas y muchos chiringuitos y tabernas, tiene largos tramos de arena totalmente despejados. Y a poca distancia del pueblo se encuentra la arenosa Agios Sostis. Aquí los árboles dan sombra y hay un chiringuito y varias tabernas en los alrededores.
Hoy descubrirás algo muy especial cuando te dirijas a dos de los lugares más instagrameables de Tenos... las playas de Kolymbithra y la aldea de Volax, famosa por sus extraños cantos rodados y tejedores de cestas. Querrás pasar tanto tiempo como sea posible en ambos destinos.
Las playas gemelas de Kolymbithra, en la costa norte, son posiblemente los lugares para nadar más conocidos de Tenos. La más pequeña (y más protegida) de las dos es a su vez la más popular gracias a sus instalaciones, que incluyen tumbonas, sombrillas y tabernas. Pero si buscas algo con un toque más boho, ve a la cala más grande (Megali Kolymbithra). Es popular entre los surfistas, ya que tiene un chiringuito de temática sostenible… pajitas biodegradables y sombrillas hechas de muebles vintage de madera que le dan un toque extra de instagrameabilidad.
El paisaje vuelve a mutar en una aldea que está a solo 15 minutos de la playa de Kolymbithra. Volax sobresale entre las muchas aldeas de Tenos debido a los cantos rodados de granito lisos (un fenómeno geológico que ha generado muchas teorías) esparcidos dentro y fuera de la aldea. Volax es también una aldea de tejedores de cestas. Aquí encontrarás cafeterías y tabernas, y los alrededores son ideales para la práctica de senderismo.
Tu último día en la isla te lleva a dos nuevas aldeas (esto no quiere decir que no pasarás tiempo en la playa) y te brinda la oportunidad de sumergirte en la famosa artesanía de mármol de Tenos.
Ysternia es una parada obligada en el universo de aldeas de Tenos. Es un asentamiento con doble personalidad: una costera y otra montañosa. En las laderas, te sentirás como si estuvieras en una terraza con vista al Egeo. Luego, podrás conocer de primera mano la artesanía de mármol de Tenos en lugares como la plaza Glyni, la antigua escuela municipal y la iglesia de Agia Parskevi. Desayuna o toma un café antes de dirigirte a la costa a darte un chapuzón.
Mientras deambulas por las calles de Pyrgos, descubrirás otras piezas del famoso trabajo en mármol de Tenos en las ventanas, puertas e intrincados patrones de los relieves de las casas. Aquí, este tipo de arte es celebrado en el Museo de Artesanía de Mármol y el Museo de Artistas Tinianos. Recuerda visitar la antigua casa (ahora reconvertida en un museo) de Giannoulis Halepas (un legendario artesano de mármol). Eso sí, antes de partir, prueba la galaktoboureko (una tarta de crema y masa filo) y el pastel de naranja que venden en la plaza del pueblo. No olvides llevarte un recuerdo artístico a casa.
Tu recorrido por las aldeas culmina en la costa noroeste, en una fantástica bahía con muchas playas, entre ellas Rohari (organizada con instalaciones y un chiringuito), Agia Thalassa y Kavalourko. El asentamiento cercano es el lugar perfecto para un paseo vespertino y una última comida de taberna a orillas del mar.
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