Old Athens way of life
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6 formas de descubrir el estilo de vida de la vieja Atenas

©Εθνική Πινακοθήκη-Μουσείο Αλεξάνδρου Σούτσου, Φωτογράφιση Σταύρος Ψηρούκης (Ε.Π.Μ.Α.Σ)
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Mientras tomas un café Griego

¿Qué pasaría si pudieras viajar en el tiempo a la Atenas del siglo XIX y los primeros días del recién formado Estado griego? A una ciudad preindustrial y con un ritmo pausado, dominada por la Acrópolis, pero incomparable con la bulliciosa metrópolis que permanece despierta las 24 horas del día en la actualidad. Pues, en muchos barrios del centro histórico —Síntagma, Omonia, Monastiraki, Thissio, Plaka y Exarchia—, los sonidos y vistas de la vieja Atenas todavía forman parte de la vida cotidiana de la capital griega. Los encontrarás en cafeterías y tabernas, en mercados locales y tiendas de artesanía. Se aprecian en las obras de arquitectura neoclásica, que te sorprenden entre los funcionales edificios de apartamentos construidos para albergar a la creciente población de mediados del siglo XX. Y, sobre todo, los encontrarás en muchas de las actividades cotidianas de los lugareños, que ofrecen un puente con el pasado y capturan la autenticidad y los valores de un estilo de vida que siempre ha sido, y siempre será, fiel a sí mismo.

Cafeterías tradicionales

La primera parada en nuestro viaje por la vieja Atenas serán los kafeneia (cafeterías), que capturan el alma de la ciudad. Aparecieron por primera vez durante la época otomana y aún son la mejor forma de tomar el pulso a la sociedad ateniense. No hay un solo barrio en ninguna ciudad, pueblo o aldea griega que se precie que no tenga su propio kafeneia, donde los lugareños se reúnen. En Atenas, hasta la década de 1980 y 1990, parecía haber un kafeneion en cada esquina principal, y todavía se pueden encontrar cafeterías tradicionales que llevan funcionando décadas (algunas más de un siglo), preservando las tradiciones, calidez y atmósfera del pasado. El ambiente es producido por los antiguos mosaicos y pinturas, así como por los retratos y fotografías de antaño en las paredes. Algunas incluso exhiben documentos históricos, reliquias familiares y viejos anuncios.

Algunas nuevas cafeterías en Atenas incluso optan por adoptar este carácter vintage. Tienen sillas de madera, mesas pequeñas y una decoración sencilla, y preparan el café griego sti hovoli (hecho con cenizas calientes en lugar de una llama), servido con loukoumakia (dulces cubiertos de azúcar glas similares a la delicia turca). Horas más tarde, el café es reemplazado por ouzo, tsipouro, cerveza o vino, acompañado de un sencillo pero delicioso meze.

¿Pero, qué hacía tan importante a las cafeterías tradicionales en Atenas? Principalmente, todo giraba en torno a quién estaba allí. Atraían a trabajadores de regreso a casa y eran puntos de encuentro para los intelectuales de la ciudad. O simplemente podías ir a jugar backgammon o ajedrez (¡todavía hay cafeterías de ajedrez en Atenas!) y compartir tu opinión sobre los problemas del mundo.

Tabernas atenienses

Cualquiera que haya pasado tiempo en Grecia está familiarizado con la experiencia de comer en una auténtica taberna. Pero la tradicional taberna ateniense es mucho más que solo la comida. Originalmente, las tabernas en Atenas eran especialmente populares entre los trabajadores (con frecuencia dedicados a labores manuales) que buscaban algo de comer a la hora del almuerzo. Pero en la primera mitad del siglo XX, la llegada de la música (preferiblemente en vivo) las transformó de simples lugares para comer en un elemento central de la vida social ateniense.

Todavía puedes encontrar tabernas en el centro de Atenas administradas por los familiares de los dueños originales. Han sobrevivido a guerras, inestabilidad política, crisis económicas y todo lo que ha pasado entre medias, eventos que en conjunto aportan a su atmósfera única.

La gran revolución de las tabernas atenienses llegó después del desastre de Asia Menor en 1922, cuando varios cientos de miles de refugiados griegos se asentaron en Atenas, aumentando drásticamente la población de la ciudad. Procedentes de ciudades como Esmirna en Asia Menor, donde estaban acostumbrados a una cultura de apertura, de invitar a la gente a sus casas y organizar fiestas, estos refugiados fueron alojados en propiedades pequeñas que apenas eran lo suficientemente grandes para sus familias, y mucho menos para recibir invitados. Así, la humilde taberna de barrio se transformó en un lugar de comida, diversión y música. Se introdujeron instrumentos de rebetiko de sonido oriental y, con el tiempo, muchos de los grandes músicos de rebetiko surgieron en las tabernas.

En el corazón de cada taberna ateniense estaba el dueño de la taberna. Tenía una relación personal con los clientes habituales, escuchando sus problemas y haciéndolos sentir especiales, ya estuvieran con su parea (grupo de amigos) o solos. Las tabernas atenienses atrajeron a algunas de las personalidades intelectuales y artísticas más importantes de la época. Sin embargo, a pesar de todo esto, la decoración y el menú de la taberna siempre se mantuvieron simples. Los platos se servían sti mesi (en el medio) al estilo meze. El verdadero festín eran la charla, las risas y el sonido de las copas chocando.

Los mercados locales

Si realmente quieres saber cómo es vivir en Atenas, solo necesitas fijarte en los hábitos de compra de los lugareños. Una vez más, muchas de las costumbres de los siglos XIX y XX son parte esencial de la historia de la Atenas moderna.

El mercado de Varvakios

Varvakios, un símbolo de la ciudad durante más de un siglo, sigue siendo un mercado de alimentos rebosante de vida en el corazón de Atenas. Data de 1886, cuando se planificó la creación de cuatro mercados en la ciudad, siguiendo los estándares de los mercados centrales de las principales ciudades europeas. Al final, solo se construyó uno, y fue llamado Varvakios en honor al benefactor Ioannis Varvakis, quien fundó una escuela del mismo nombre, ubicada frente al mercado durante muchos años.

Las amas de casa comenzaban su día llenando sus cestas, mientras que los noctámbulos se acercaban temprano en la mañana para tomar un reconfortante cuenco de patsa (sopa de callos) antes de volver a casa. El mercado está dividido en secciones separadas para carne y pescado, pero alrededor de Varvakios encontrarás pequeños comerciantes y vendedores ambulantes de castañas, koulouria (rosquillas de pan con semillas de sésamo), garbanzos tostados y más.

El área alrededor del mercado, cercana al barrio de Psirri, es otra parte de Atenas que cambió tras el desastre de Asia Menor. Siempre ha reflejado los flujos migratorios de la ciudad, pero también una nueva era de prosperidad, con la apertura de nuevos locales de comida e incluso fiestas, organizadas los domingos en ciertas épocas del año. Sin embargo, en esencia, Varvakios siempre será un mercado de clase trabajadora, que ofrece razones diferentes para visitarlo, ya sea de día o de noche.

La calle Evripidou

La calle con el aroma más característico de la ciudad. La calle Evripidou conecta el mercado de Varvakios con la plaza Klafthmonos, cerca de la calle Stadiou, una de las principales arterias viales del centro de Atenas. Cobró vida a finales del siglo XIX con el auge del mercado de Varvakios y la apertura de bakalika (tiendas de comestibles) especializadas en hierbas y especias, productos lácteos, legumbres, pastas y embutidos.

Todos siguen presentes en esta icónica calle. De hecho, muchas de las tiendas en Evripidou tienen una historia de décadas, preservando la atmósfera de tiempos pasados. No esperes encontrar productos empaquetados aquí; en Evripidou todo se compra por gramos, como en los viejos tiempos. Pero basta con los aromas para saberlo.

Los mercados de agricultores

Hace aproximadamente un siglo (el 18 de mayo de 1929), al son de tambores y en presencia del entonces primer ministro, se inauguró la institución de la laiki agora (mercado popular) en el barrio de Thissio. Visitar estos mercados sigue siendo parte de la rutina semanal para muchos atenienses.

En los primeros días, cuando Atenas era una ciudad pequeña, había un mercado en un barrio diferente cada día de la semana. Hoy en día, cada distrito de Atenas tiene su propio mercado semanal. Papas, cebollas, tomates, alcachofas, naranjas, kiwis… sabrás inmediatamente qué frutas y verduras están en temporada porque estarán apiladas en las mesas y anunciadas informal y ruidosamente por los vendedores. Y no solo se trata de los productos del campo griego... también encontrarás flores, pescados, mariscos y artículos para el hogar a precios mayoristas en muchos mercados de agricultores.

La plaza Avissinias

Durante dos siglos, Oriente y Occidente se han visto cara a cara en la plaza Avissinias, en el centro de Atenas. Fue el centro comercial durante la ocupación otomana, y aún hoy se organiza un bazar cada domingo por la mañana. Puestos al aire libre venden antigüedades de todo tipo: muebles antiguos, viñetas y miniaturas que evocan la Atenas vintage, así como artículos de hierro forjado de la zona donde solían trabajar los herreros de la ciudad. Aquí también se establecieron comerciantes de seda, quienes a menudo eran refugiados de Asia Menor. A medida que Atenas se enriquecía, los artículos domésticos “pasados de moda” se traían aquí, listos para encontrar un nuevo hogar. Si vienes hoy, verás que ha cambiado poco.

Las tiendas de artesanías tradicionales

Una de las alegrías de pasear por los barrios del centro de Atenas es descubrir las pequeñas tiendas de artesanos de los siglos XIX y XX. Por ejemplo, en Psirri (y también en otros barrios del centro), encontrarás tiendas que venden sillas hechas a mano, muebles, artículos de cuero y zapatos hechos a mano. En Exarchia, hay tiendas de instrumentos musicales (especialmente lutieres), locales que fabrican marcos para cuadros y algunas encuadernadoras y editoriales que aún sobreviven (Exarchia fue una vez el barrio de los encuadernadores y librerías).

La arquitectura

Además de la Acrópolis y otros monumentos arqueológicos, Atenas es difícilmente reconocible cuando se la compara con la ciudad que se convirtió en capital de Grecia a principios del siglo XIX. Ha pasado de ser una ciudad provincial a una metrópolis bulliciosa de más de 5 millones de habitantes (casi la mitad de la población de Grecia). Y con este crecimiento, el paisaje arquitectónico de la ciudad ha cambiado drásticamente.

Hasta principios del siglo XX, Atenas era una ciudad de pequeñas casas rurales y, especialmente en las principales avenidas del centro, impresionantes edificios neoclásicos con terrazas majestuosas y otros elementos del estilo de la Grecia Clásica, que eran mansiones familiares o propiedades estatales.

A medida que Atenas crecía, los bloques de apartamentos reemplazaron estas casas rurales, pero todavía se pueden ver ejemplos en lugares como Plaka y la vecina Anafiotika. Del mismo modo, los numerosos edificios neoclásicos que han sobrevivido son un recordatorio de cómo habría sido vivir en la vieja Atenas. Entre los más emblemáticos están el Parlamento Helénico en la plaza Síntagma (construido en 1836 y que fue el Palacio Real del rey Otón y la reina Amalia), el Grande Bretagne (construido en 1842 y un hotel prominente desde finales del siglo XIX) y la sala Záppeion junto al Jardín nacional (una de las sedes de los primeros Juegos Olímpicos modernos en 1896). Por su parte, el antiguo edificio del Parlamento en la calle Stadiou fue la residencia permanente de la familia real desde 1833 y la sede original del Parlamento de 1875 a 1935.

Pero nada iguala la grandeza neoclásica de la Trilogía Ateniense, compuesta por la Universidad de Atenas, la Academia de Atenas y la Biblioteca Nacional, en la calle Panepistimiou. Fueron diseñadas por los hermanos y arquitectos daneses, Christian y Theophil Hansen, en colaboración con Ernst Ziller, nacido en Sajonia y la persona clave detrás de la construcción de los edificios más icónicos de Atenas, durante la época en la que se buscó convertir a Atenas en una capital a la altura de los estándares europeos.

Entre otras joyas del siglo XIX destacan la antigua Imprenta Nacional y el cercano Museo Arqueológico Nacional, así como el Instituto Arqueológico Alemán, la Mansión Serpieri, el edificio del Banco Nacional de Grecia en la calle Panepistimiou y la Mansión Maximos, construida en 1912 y residencia oficial del primer ministro de Grecia desde 1982.

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Actividades cotidianas y entretenimiento

Nuestro nostálgico viaje por la vieja Atenas cierra con una visión idealizada de la capital griega a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando el período de la belle époque –caracterizado por la paz y la relativa prosperidad en partes de Europa antes de la Primera Guerra Mundial– ejerció su influencia sobre algunos elementos de la sociedad griega. Fue una época en la que la avenida Panepistimiou, que conecta la plaza Síntagma con la plaza Omonia, era el principal bulevar de Atenas, por donde la gente transitaba hacia los centros de entretenimiento de la ciudad... lugares donde se bailaba, se discutía sobre política y arte, se iba al teatro y se tomaba café. Aparecieron los primeros quioscos (periptera) y las calles se llenaron de vendedores ambulantes y del sonido de la laterna (pianos mecánicos).

Este espíritu de la belle époque fue interrumpido por las guerras de los Balcanes en la década de 1920 y la Segunda Guerra Mundial, pero resurgió con un estilo y vigor renovados. Zonars (Athénée) abrió sus puertas como una cafetería glamorosa en 1939, pero vivió su época dorada en las décadas de 1950 y 1960. Los vendedores ambulantes que ofrecían castañas asadas, billetes de lotería y las roscas de pan conocidas como koulouria volvieron a poblar las calles. Las pastelerías se convirtieron en lugares de encuentro y los boites (como se llamaban los clubes) acogieron a los nombres más importantes de la música y el cine griegos. Surgieron teatros (como el icónico teatro Pallas en 1932) y los espectáculos de sombras con marionetas de Karangiozis hicieron su aparición al tiempo que la identidad cultural única de la ciudad se volvía más extrovertida. Y lo más bello es que, una vez que te has enterado de todo esto, podrás apreciar estos detalles en la actualidad al pasear por sus calles.

6 formas de descubrir la vieja Atenas

¿Qué fue lo que más te lleno de inspiración de la vieja Atenas? ¿Las cafeterías y tabernas? ¿O quizás fueron los mercados locales, las tiendas de artesanía y la arquitectura? Sea lo que haya sido, hay algo que conecta todos estos elementos… las personas que han adoptado este estilo de vida de la vieja Atenas, quienes aman como nada en el mundo preservar su estilo de vida transmitiéndolo a las generaciones futuras, para así convertirlo en parte integral de la historia moderna de Atenas.

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