Siguiendo la ruta del olivo en Mesenia

Nada representa más a Mesenia como el aceite de oliva. Lo ves, lo sientes y lo pruebas en todas partes: en los acres de árboles con hojas de color verde plateado, perfectamente alineados para una fácil cosecha; en las prensas de olivos esparcidas por el campo; y en la comida local que se derrite en tu boca. Explorar esta región del Peloponeso a través del prisma de su producto más famoso es viajar al centro de su corazón.

Hacer una visita guiada por un olivar Mesiniano es aprender sobre la conexión de este noble fruto con las personas y la tierra que lo han producido desde la antigüedad, convirtiéndolo en un elemento básico de la dieta mediterránea.

Vale la pena que programes tu visita para que coincida con la cosecha: es todo un acontecimiento en la comunidad colocar redes, golpear los troncos o ramas nudosas con un palo y ver caer el fruto. Y luego a la prensa de aceitunas, donde sucede la magia. Hay molinos tradicionales e instalaciones modernas de gran volumen, pero todos tienen el mismo objetivo. Un 95% del espectacular aceite de oliva producido en Mesenia es extra virgen. Solo toma un trozo de pan y prueba el oro líquido que se produce y comprenderás por qué.

Descubrirás que el muestreo del aceite de oliva es tan sofisticado como la degustación de vinos. Te hablarán de acidez (cuanto más baja mejor), variedad (Koroneiki es el rey aquí), aromas (hierba recién cortada, fruto tropical...) y sabor (amargo, picante...). Y, por supuesto, conocerás a las pintorescas personalidades que están detrás del producto.

Hay una profundidad en esta experiencia que difícilmente hubieras imaginado, pero sobre todo son los sabores que te acompañarán, especialmente cuando compras una botella (o dos) y vuelves a casa con una parte de la región del Peloponeso que nunca olvidarás.

Descubra la dieta mesiniana