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El Pireo no es solo un puerto lleno de vida, sino un destino en sí mismo que invita a los visitantes a explorar sus mercados, bares, plazas, puertos deportivos y restaurantes gourmet, así como sus lugares de reunión, donde las tardes de música improvisada de buzukis traen de vuelta el espíritu de los años cincuenta y sesenta.
La más grande de las tres bahías naturales alberga la terminal de cruceros de Atenas y los muelles para los transbordadores que llevan pasajeros a las islas de todo el Egeo. Pero un poco más allá, a lo largo de la costa, se encuentran las encantadoras puertas de entrada de Microlimano y Pasalimani, hogar de edificios neoclásicos, bares y excelentes marisquerías.
El Pireo condensa la historia de Grecia, representada por las ruinas de los Muros Largos, unas murallas que proporcionaban una conexión segura con Atenas, en la antigüedad y que en la actualidad dan testimonio de siglos de decadencia y renacimiento.
Ya sea que te dirijas a una isla del Egeo o estés a punto de embarcarte en una excursión a las islas cercanas a Atenas, asegúrate de reservar algo de tiempo para explorar El Pireo. Puedes seguir la ruta a lo largo del mar desde Piraiki hasta Freatida, cuyos bancos te invitan a sentarte y disfrutar de la vista. Al mismo tiempo, los bares y cafeterías de la colorida bahía de Pasalimani pueden hacerte perder la noción del tiempo con gran facilidad.
Las cubiertas de madera sobre el agua y los mástiles oscilantes de los yates crean el escenario de una comida inolvidable en cualquiera de los restaurantes de Microlimano. Los camareros hacen bromas y sonríen mientras llevan bandejas repletas de mariscos: pulpo a la parrilla, mariscos y pargos, colas de cangrejo de río fritas y otras delicias. El vino reluce en las botellas y el ouzo se vuelve turbio a medida que los cubos de hielo se derriten. A altas horas de la noche, la agitada vida nocturna de los bares portuarios te hará creer que estás en alguna de las islas griegas.
En Kastella, descubrirás una nueva perspectiva al mirar hacia la costa desde este elevado y elegante cúmulo de edificios en la colina. Esta es tu oportunidad para ver El Pireo a través de las ventanas de las mansiones neoclásicas del siglo XIX, restauradas y transformadas en bistrós, bares, cafeterías y restaurantes. Camina por los callejones y sube los escalones del barrio más elegante de la ciudad. En la cima encontrarás la capilla del Profeta Elías, la cual constituye una posición estratégica desde la que puedes supervisar todos los acontecimientos del puerto.
El atractivo arquitectónico atemporal de El Pireo está lleno de emblemas del siglo XIX: el Teatro Municipal, construido en 1884, un símbolo del Pireo y uno de los teatros más importantes de Grecia; la Academia Naval, diseñada por el famoso arquitecto Ernst Ziller; el Hatzikyriakeio, construido en 1897, y la estación de metro Piraeus con su enorme techo arqueado. Aquí es donde termina la línea de tren que conecta Atenas con El Pireo, inaugurada en 1930 por una de las figuras históricas más importantes de Grecia, Eleftherios Venizelos.
El Pireo es famoso por sus mercados. Visita el principal centro comercial ubicado en el triángulo que forman las calles Gounari, Ethikis Antistaseos y Akti Poseidonos, o dirígete a Pasalimani, donde encontrarás centros comerciales aún más grandes. A medida que cae la noche, el área es invadida por la vida nocturna de la ciudad.
En la esquina de las calles Syntagmatos y Pylis, encontrarás los restos de la una vez imponente entrada a El Pireo desde Atenas. La calzada a lo largo de los antiguos Muros Largos terminaba aquí.
Encontrarás discos de vinilo, monedas antiguas, libros y muchos otros artículos en oferta en el bazar dominical de la terminal del tranvía. El ambiente nostálgico es ideal para aquellos que buscan acumular objetos y experiencias por igual.
Puedes navegar por ocho milenios de historia en los museos de El Pireo, entre los que destacan el Museo Marítimo y la Galería Municipal, con atractivos edificios que albergan exposiciones sublimes. Y por si fuera poco, el Museo Arqueológico tiene una sorpresa reservada para ti: un teatro de la época helenística emplazado en los terrenos del museo, cuya estructura recuerda al teatro de Dioniso, construido siglos antes al pie de la Acrópolis.
El que fuera el invencible buque insignia de la Armada griega a principios del siglo XX, es ahora un fascinante museo flotante. Tiene un gran valor sentimental para los griegos y yace anclado en el puerto deportivo de Trokadero en las costas de Falero. Si bien ha permanecido inmóvil desde 1952, todavía parece que estuviera listo para partir en cualquier momento.
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