Es increíble cómo Patmos logra convertir paz y sencillez en elegancia. Todo el casco antiguo, el famoso castillo-monasterio y la gruta del Apocalipsis son, en conjunto, un monumento protegido por la UNESCO. Si bien forma parte del archipiélago del Dodecaneso, Patmos es reconocida por ser un destino con un aire chic y cicládico, donde las playas ofrecen a los bañistas tiempo para holgazanear sin otra preocupación que la de decidir cuándo darse otro chapuzón en las divinas aguas del Egeo.
Un paseo por la Hora bizantina chic
Difícilmente haya otro pueblo principal tan representativo de una isla griega como lo es la Hora de Patmos. Elegante, distinguida, cultural, espiritual, cosmopolita, protegida por la UNESCO... Misticismo bizantino en los arcos abovedados, encanto cicládico en las casas encaladas y estilo en las mansiones renovadas (muchas de ellas identificadas con los apellidos de familias de renombre, como la mansión Nikolaidis, que ahora es un museo).
Al explorar el pueblo, encontrarás los emblemáticos molinos de viento, la Escuela de Patmos, el monasterio de Zoodochos Pigi (con su impresionante campanario) y el Ayuntamiento del siglo XVIII en la plaza Xanthos. Regresarás a la plaza Agia Levias una y otra vez por la excelente comida y las tiendas con productos locales.
El castillo y el Monasterio de San Juan el Teólogo
La gloriosa edificación que domina Hora irradia su energía por todas partes... tal como lo habría hecho en el siglo XI, fecha en la que las murallas del castillo fueron levantadas. Dentro del monasterio, las diversas capillas y 99 celdas monásticas revelan el profundo significado religioso de Patmos y, si tienes la suerte de poder asistir a una misa, los himnos te transportarán instantáneamente a Bizancio. Hay un museo con íconos bizantinos raros, pero, probablemente, la vista panorámica será el recuerdo que quede grabado en tu memoria.
La gruta del Apocalipsis
La tercera entrega de la trilogía de la UNESCO es la gruta del Apocalipsis, donde se dice que San Juan el Teólogo recibió las visiones que lo llevaron a escribir el libro de las Revelaciones (o Apocalipsis) de la Biblia a finales del siglo I d. C. Situada justo en las afueras de Hora, es mitad capilla, mitad gruta... Es la encarnación del aura mística de Patmos.
El animado pueblo portuario de Skala
Otro es el ambiente que se vive en el pueblo portuario de Skala. Las tabernas y los cafés se aglomeran en su plazas y calles, por tanto, rebosa de vida a todas horas, tanto de día como de noche. Este es el lugar a donde vienes cuando el silencio se apodera de Hora, lo cual sucede fielmente a cierta hora, cuando el pueblo hace reverencia a sus raíces eclesiásticas. Vale la pena recorrer la bahía hasta el monasterio de Panagia Koumana, una edificación del siglo XVIII que constituye uno de los asientos sagrados (o Kathismata) de la isla y sirve como ermita para monjes. Fue construida frente a una roca en lo que se cree que es la cueva de un ermitaño.
Descubre las playas
Seamos realistas. Lo más probable es que estés aquí para "adorar al sol", así que es momento de descubrir las playas haciendo un recorrido en sentido antihorario desde Hora. Agrio Livadi (o Agriolivado como se la conoce localmente) es una playa arenosa y de ambiente juvenil, organizada con tabernas, chiringuitos y deportes acuáticos, mientras que Kambos, una playa de arena y guijarros, es popular entre los lugareños y las familias por sus tabernas y deportes acuáticos. Vagia es una pequeña bahía con tamariscos que dan sombra, mientras que los guijarros y las aguas cristalinas de Livadi Geranou atraen a los bañistas que prefieren el espacio libre a las tumbonas.
Al noreste está Lambi (guijarros coloridos y una taberna en la playa) y, situada en la costa opuesta, Livadi Kalogiron es tan pacífica como los monjes de quienes toma su nombre. Una gema escondida en el sur es Psili Ammos (arena fina), a la cual puedes llegar navegando desde Skala o caminando 30 minutos desde la carretera.
La energía especial de Grikos
Tiempo de cambiar de escenario. El pueblo costero de Grikos está ubicado a unos 5 km al sureste de Skala. Grikos cuenta con todo lo que necesitas para pasar el día, desde playas con tabernas a orilla del mar hasta una plaza de pueblo con tabernas tradicionales. Aquí además se encuentra la Roca de Kallikatsous, una enorme roca de aspecto fantástico que, según los lugareños, está imbuida de una energía especial (los antiguos la consideraban un templo de Afrodita). Puedes subir a la cima y contemplar la increíble vista del Egeo. ¿Será acaso este tu nuevo lugar para hacer yoga en las mañanas?
Un viaje en bote a Arki y Marathos
Desde Skala, los botes parten diariamente hacia un grupo de islas situadas a unas nueve millas náuticas, que, tanto administrativa como espiritualmente, pertenecen a Patmos. Arki y Marathos se encuentran al norte de Lipsí (otra isla del Dodecaneso) y cuentan con apenas unas docenas de residentes permanentes, quienes en su mayoría se ganan la vida como pescadores y pastores de cabras. Pero el ambiente es tan tranquilo que te preguntarás si de verdad alguien se dedica a estas actividades. En Arki hay poco más que playas (Tiganakia es la más popular) y un puñado de tabernas. Y en Marathos el panorama no es muy distinto. Lo que sí hay en abundancia son excursionistas, aguas cristalinas y calas hermosas para nadar.
Sabores sencillos pero sofisticados
Los productos locales de Patmos son frescos y abundantes (mariscos, pescados, carnes, frutas y verduras), pero lo que le sigue tiene su origen en las costumbres profundamente auténticas y cosmopolitas de la isla. Además de la comida sana y casera de las tabernas tradicionales, encontrarás restaurantes finos que sirven platos sencillos pero sofisticados. El pulpo con anchoas marinadas es una de las preparaciones estelares, al igual que la deliciosa langosta y pez escorpión a la brasa.
Algunos platos se elevan a otras alturas (tartar de mero con tarama negro, vinagreta de ouzo y mayonesa de hinojo). Pero también te deleitarás con la tradicional tarta de queso (una especialidad de la casa) y los aperitivos cuidadosamente seleccionados y acompañados con ouzo. Por último, hay una bodega cerca de Grikos donde podrás familiarizarte con las uvas Assyrtiko y Mavrothiriko, las cuales producen la mayoría de los vinos blancos y tintos de la isla.
Explora las rutas de senderismo
¿Qué mejor manera de sentir la energía de Patmos que explorarla a pie? Existe una impresionante red de caminos antiguos que en buena parte conduce desde los pueblos hasta los monasterios y kathismata (hay siete caminos marcados). Una ruta que definitivamente debes hacer es el antiguo camino de Skala a Hora, que comienza aproximadamente a 1 km del puerto. Durante los 30 minutos que toma recorrerlo, pasarás a un lado de la gruta del Apocalipsis y estarás rodeado de pinos y eucaliptos. Otra ruta circular (2,5 km) te lleva desde Hora hasta el Monasterio de la Anunciación, ida y vuelta, a través de una pequeña llanura costera de algarrobos, árboles frutales y viñedos.
Vive la isla de Patmos
Desde la santidad laberíntica de Hora y su emblemático castillo-monasterio hasta la animada Skala y las playas y bahías remotas, Patmos lleva lo divino a otro nivel.
