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"A la vez que la lengua comienza a recitar la belleza especial de la isla" (una paráfrasis de una canción tradicional), entendemos por qué Tilos ha sido una fuente de inspiración para poetas líricos y pintores. Esta pequeña y tranquila isla del Dodecaneso ha cautivado a sus visitantes con su atmósfera especial y naturaleza virgen durante mucho tiempo.
Monumentos bizantinos, castillos medievales, cuevas e iglesias con iconografía inusual... estarás rodeado por el patrimonio cultural de la isla, preservado de forma activa por los lugareños. Los habitantes de Tilos son hospitalarios y reciben con los brazos abiertos a los visitantes y, además, están siempre prestos a compartir su conocimiento de la isla.
Este refugio para especies raras de aves, rico en vida marina, también constituye un parque ecológico con colinas y valles, los cuales cobran vida gracias a sus hierbas y flores que perfuman el aire con aromas embriagadores.
En la capital de la isla puedes visitar el Museo Paleontológico, que exhibe hallazgos provenientes de la cueva de Harkadio (incluidos los huesos de elefantes enanos), y la iglesia de Taxiarhis, con sus impresionantes cúpulas cruzadas. Sigue el camino que conduce al Castillo de los Caballeros en la cima de la colina. La vista recompensará tu esfuerzo.
El puerto de la isla cuenta con numerosas habitaciones en alquiler, tabernas y cafeterías. En la aldea hay una gran playa de guijarros con tamariscos y aguas cristalinas, que se extiende hasta Agios Stefanos, el antiguo puerto en la época medieval. La iglesia de Agios Nikolaos también merece una visita.
Este monasterio histórico, que data del siglo XV, es uno de los lugares más importantes de la isla. Domina el mar desde la ladera —una ubicación de gran belleza natural— y alberga un maravilloso iconostasio de madera tallada y una llamativa colección de frescos. La sombra que proporcionan los cipreses, plátanos y nogales en el patio del monasterio es el lugar perfecto para refrescarse en los días calurosos. En julio, se celebra el día del santo de la iglesia con un festival que dura tres días y al que asisten peregrinos de todo el Dodecaneso.
Construido en el siglo XV en las colinas sobre Livadia, Mikro Horio fue abandonado durante la Segunda Guerra Mundial y hoy día es un pueblo fantasma. Sin embargo, la iglesia abovedada de Agia Zoni, construida en 1861, aún permanece en muy buenas condiciones. Si visitas el pueblo por la noche, puedes disfrutar de una bebida en el único bar.
Explorar los senderos de Tilos te permitirá ser testigo de la íntima relación que guarda la isla con la naturaleza. Encontrarás valles fértiles con abundantes cultivos y flores silvestres, así como cipreses, robles y almendros. Es posible que te topes con perdices acostumbradas a la presencia humana, ya que la caza está prohibida en Tilos. Otros senderos te llevarán a playas inaccesibles en coche. Cualquiera que sea el camino que tomes, disfrutarás de la serenidad de la naturaleza.