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Ierápetra, con sus innumerables playas de arena dorada acariciadas por vientos cálidos, es un destino vacacional donde la vida transcurre a un ritmo pausado y que puedes visitar prácticamente durante todo el año. El paseo marítimo está repleto de tabernas de pescado, cafeterías y bares, y cada noche parece estar de fiesta. Esta pequeña y antigua ciudad del sur de Creta te invita a explorar sus estrechas callejuelas y patios llenos de flores.
Ierápetra está dotada de hermosas playas que parecen nunca acabar. Descansarás y recargarás tus baterías, tomando el sol mientras descansas en la arena dorada. Sin importar hacia donde dirijas tu mirada, siempre verás paisajes exóticos. La playa principal de Ierápetra —una playa larga y arenosa— está totalmente organizada con tumbonas y deportes acuáticos. Además, vale la pena explorar las muchas otras playas y calas pequeñas de la región, entre las que destaca la popular Makri Yialos, a solo 30 km al este de la ciudad. Un pintoresco puerto con tabernas, tiendas y hoteles, junto con una pequeña ciudad famosa por la calidez de sus habitantes, esperan por ti.
No te pierdas la oportunidad de tomar uno de los muchos botes que ofrecen excursiones de un día a esta pequeña isla. Ubicada en el mar de Libia a solo 8 millas náuticas de Ierápetra, Khrysí es una franja paradisíaca casi completamente plana con aguas poco profundas de color turquesa y finas arenas de tonos rosados. El cautivador paisaje de la isla está impregnado del aroma a cedro, lo cual intensifica su encanto. Khrysí te ofrece también la oportunidad de descubrir algunas de sus 120 especies de aves migratorias y residentes. Y si la suerte está de tu lado, puede que te cruces con las famosas tortugas marinas Caretta caretta que visitan la isla con frecuencia.
Al admirar la vista a los barrios antiguos y al mar desde la fortaleza de Ierápetra, dejarás que tu imaginación vuele con los relatos sobre piratas sarracenos. Construida a principios del siglo XIV, la famosa Fortaleza de Kales es el orgullo arquitectónico de Ierápetra y su atracción más impresionante. Esta edificación ha sido partícipe de buena parte de la historia de la ciudad, especialmente de las guerras venecianas y otomanas. La bien conservada fortaleza alberga varios eventos culturales, tales como el Festival Cultural Kirvia, que se celebra cada verano.
Las memorables noches en Ierápetra comienzan con un paseo por la playa o por la costa. Aquí las tabernas son famosas por su pescado fresco, lo que agrega aún más vitalidad a una ciudad ya rebosante de vida, donde parece que cada puesta de sol marca el comienzo de una gran celebración.
Muchos afirman que en julio de 1789, Napoleón, en su camino a Egipto para declarar la guerra a los mamelucos, se detuvo en Creta y pasó la noche en Ierápetra. La casa de dos pisos donde supuestamente se alojó está situada en el casco antiguo de la ciudad.
En Ierápetra hay una seria de importantes monumentos religiosos que han fungido como asiento del poder de obispos. Te recomendamos visitar las iglesias de Panagia tou Kale, Afendi Christo, Agios Spyridon y Agios Ioannis, que fue reconvertida en una mezquita en el siglo XVII.
La belleza salvaje de las gargantas, los arroyos y las aves rapaces de Selakano te atrapa desde el primer momento. Llegarás a este impresionante destino después de pasar por el pueblo de Selakano y recorrer una red de caminos forestales. En la cuenca hay dos asentamientos, así como una serie de cultivos de nogales, perales y viñas.
El bosque Selakano es considerado uno de los centros de apicultura más grandes de Creta. Su punto más elevado es la cima del pico Afentis Christos en los montes Dikti (2.148 msnm).