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Desde los desafiantes senderos de montaña del monte Saos o Fengari (el pico más alto del Egeo), hasta las cascadas secretas y las tradiciones vivas de la Hora (el pueblo principal), la energía de esta isla te dejará boquiabierto, en particular cuando el viento sopla más fuerte. Y cuando esta isla-montaña del Egeo Norte es bañada por la luz de la luna, antiguos y misteriosos enigmas cobran vida ante tus ojos.
Tallada en mármol de Paros, la estatua de la Victoria de Samotracia se alza alta y soberbia en el Museo del Louvre. Todos los que tienen la oportunidad de verla quedan embelesados por los pliegues de su túnica de lino, así como por los increíbles detalles de las alas de la diosa, extendidas como acto de celebración. Y en la isla donde fue tallada, se sienten las mismas fuerzas elementales que participaron en su creación e inspiraron el nacimiento de un nuevo símbolo de renombre internacional, el logotipo de Nike.
Apenas entres en el sitio arqueológico del Santuario de los Grandes Dioses, comenzará tu iniciación. Se dice que dioses de todo tipo, tanto locales como extranjeros, concentraron sus energías místicas en este lugar. Y, como era de esperarse, allí se realizaron ritos y rituales misteriosos en su honor. Las deidades no hacían distinción alguna entre sus acólitos mortales... todos eran iguales ante sus ojos. Esclavos, reyes o reinas: todos tenían que pasar por el ritual de iniciación. Y ahora es tu turno.
Escondido de los vientos y los piratas en un valle debajo del monte Saos, el pueblo principal de Samotracia te ofrece sus imágenes tradicionales y su belleza auténtica. Techos de tejas, luz que baña las sinuosas y estrechas calles y, sobre los tejados, la cantería haciendo de escudo contra los vientos que frecuentemente azotan el Egeo Norte.
¿Estás listo para descubrir los secretos ocultos del monte Saos? En Samotracia encontrarás docenas de arroyos y senderos. Hay una red de caminos que conducen a una plétora de cascadas y aguas termales, en medio de bosques tupidos y planicies interminables. El sonido del agua que cae de las cascadas te dirigirá a un paraíso sacado de un cuento de hadas, donde encontrarás piscinas naturales, conocidas localmente como vathres. No podrás resistir la tentación de darte un chapuzón refrescante.
Si eres de los que aman las actividades al aire libre y las aventuras en los bosques, entonces esta isla es para ti. Senderismo, escalada y descubrimientos interminables aguardan tu llegada. Puedes escalar el pico del monte Saos (o Fengari), el cual se eleva hasta los 1.600 msnm y cuyo nombre significa luna en griego. Pero recuerda, Samotracia es hogar de la más pura belleza natural, así que debes estar atento a los cambios repentinos en el clima.
Las cabras viven en una isla libre y salvaje, así que las verás en todas partes, desde en las señales de tráfico hasta en los árboles. Su deliciosa carne es el producto por excelencia de Samotracia, y es preparada a las brasas y de otras cien maneras distintas.
Las playas de Samotracia no son tan conocidas, pero ciertamente no decepcionan en términos de belleza natural. Entre las más destacadas se encuentran Pahia Ammos, con sus arenas doradas; Vatos, con sus plátanos y aguas cristalinas; Kremasto, con su cascada que forma espuma en el mar; y Kipo, con sus guijarros de color entre gris y negro.