Paxós y Antípaxos

Ya sea que vengas en velero, lancha rápida o ferri, quedarás prendado del encanto de estas dos pequeñas islas esmeraldas: Paxós y Antípaxos, las gemas del Jónico. Sus playas son legendarias: arena blanca o guijarros bañados por aguas resplandecientes. Detrás de ellos se extienden arboleda tras arboleda de olivos centenarios, viñedos tupidos y una naturaleza salvaje que lo cubre todo hasta la costa. La puesta de sol desde los acantilados blancos de Eremitis es de ver para creer. Además, vivir la experiencia de explorar cuevas y realizar caminatas en busca de cisternas históricas es imprescindible. Por esto y mucho más, este pequeño par de islas quedará grabado en tu memoria para siempre.

¿Qué hacer en Paxós y Antípaxos?

Antípaxos: ¿el verdadero jardín del Edén?

Con solo 3 km de longitud, la pequeña Antípaxos (justo al sur de Paxós) encaja perfectamente en la definición de paraíso. Un denso bosque de pinos, mirtos, cipreses y lentiscos intercalado con vides arropa a toda la isla. Ponte a prueba y averigua si eres capaz de irte de las playas una vez las hayas conocido.

Las playas más espléndidas del Jónico

Aguas translúcidas de color azul pavo real y la más blanca de las arenas. Apréndete estos nombres: Orkos en Paxós, Vrika y Voutoumi en Antípaxos. Visitar estas playas debe estar en lo más alto de tu lista de cosas por hacer.

Un castillo diseñado por Leonardo

El castillo de Agios Nikolaos —ubicado en el islote del mismo nombre frente al puerto principal de Gaios— posee un estatus de histórico. Los venecianos comenzaron la construcción de esta increíble atracción en 1423 y la terminaron en 1510. Pero, ¿qué tiene de especial? Bueno, lo que sucede es que este castillo fue construido a partir de un diseño de nada más y nada menos que de Leonardo da Vinci, el cual aún se conserva en los archivos de la ciudad. ¡Qué mundo tan pequeño!

La casa de vacaciones con la que siempre has soñado

Las opciones de alojamiento en Paxós son todo lo que podrías desear. ¿Entonces, por qué no elegir una de sus atractivas casas de lujo construidas en piedra con una piscina privada y una espléndida vista al mar, escondida en medio de una exuberante vegetación?

Gaios y los secretos del puerto escondido

El principal puerto y capital de Paxós, Gaios, es invisible hasta el último minuto cuando te acercas a la isla. Se encuentra al final de un "fiordo" creado por el islote de Agios Nikolaos, que de repente se abre para revelar un maravilloso puerto.

La ciudad —que se ha mantenido fiel a su diseño y arquitectura venecianos originales— cuenta con una serie de posesiones preciadas, tales como la antigua mansión del gobernador británico y la iglesia de Agii Apostoli con su impresionante cisterna encima. Pasea por las antiguas tiendas y cafeterías, de las cuales algunas no han sufrido apenas cambios desde que abrieran sus puertas a principios del siglo pasado.

Un gran olivar flotante

Árboles centenarios cubren Paxós. Sus asombrosas formas retorcidas bloquean el sol, arrojando su densa sombra sobre toda la isla. Estos árboles son sagrados para los lugareños, ya que su alma e historia se remonta a la época en que los venecianos gobernaron el Jónico.

El tesoro oculto de Paxós y Antípaxos

Obras maestras de la necesidad: las famosas cisternas

En una isla con tan poca agua, la lluvia era tan valiosa que los habitantes decidieron construir cisternas monumentales para almacenarla. Hoy día, estas ingeniosas obras de arte son consideradas parte del patrimonio cultural de Paxós.

In vino veritas: el singular vino de Antípaxos

Este vino dulce y oscuro está hecho de variedades de uva poco conocidas como la Pheidias y la Petrokodrynthos. La producción es a pequeña escala, por lo que no podrás encontrarlo en todos los bares. Vale la pena probarlo, así que búscalo por toda la isla.

Un viaje en barco hacia la costa oeste

Esta costa de Paxós es un país de las maravillas con acantilados y grutas blancos. Puedes inspeccionar en barco cada uno de ellos: las cuevas de Ahai, la gran gruta de Ypapanti y los acantilados de Eremitis. Te llevarás la mayor sorpresa de tu vida en Ortholithos. Como su nombre lo indica, se trata de una roca enorme con la forma de uno de los menhires de Obélix que surge del agua.