Calcis

La ciudad de Calcis está situada en Eubea, al otro lado del estrecho que separa tierra firme de esta larga y estrecha isla. Aunque Eubea es la segunda isla más grande de Grecia, no es necesario tomar un bote para llegar a Calcis, ya que hay dos puentes que conectan esta ciudad a tierra firme. El puente colgante es muy impresionante, pero la magia de las "aguas locas" del golfo de Eubea se aprecia mejor desde el puente viejo (ubicado detrás del anterior). Esta marea puede parecer insignificante para aquellos acostumbrados al Atlántico, pero es la única de su tipo en todo el mundo.

Cada seis horas las mareas cambian de dirección, un fenómeno que la ciencia aún no es capaz de explicar por completo. Cientos de visitantes vienen casi a diario desde Atenas, aunque no solo para observar este extraño fenómeno natural. Más bien se sienten atraídos por la cálida atmósfera, los cafés y bares, los paseos a orillas del mar y los deliciosos mariscos.

¿Qué hacer en Calcis?

Las aguas locas de la marea misteriosa

Debajo del puente viejo, que une Calcis con tierra firme, serás testigo de un evento único en el mundo. Cada seis horas las corrientes se alzan y cambian de dirección. Este comportamiento extraño está relacionado de alguna manera con la atracción gravitacional de la luna y con la diferencia en el nivel del mar entre las partes norte y sur del golfo de Eubea, pero los detalles permanecen ocultos.

Ubicado al sur del puente viejo y construido en 1993, el puente nuevo es una maravilla de la tecnología moderna: un puente colgante de cable de 694,5 m de largo, de los cuales 215 m están a 35,5 msnm. Si bien el puente nuevo es una estructura impresionante, el viejo aún conserva su encanto como símbolo de Calcis, conduciendo directamente al corazón de la vida social de la ciudad.

Ella vende mariscos cerca de la orilla del mar

La animada costa de Calcis te invita a caminar entre pescadores, artistas errantes y vendedores itinerantes, y luego a sentarte a tomar un café o alguna otra bebida en medio de grupos de amigos. El paseo marítimo está lleno de tabernas, cada una con su propio estilo característico. Elige la que más te guste y deléitate con los deliciosos mariscos recién capturados. Y por las noches, las luces de la ciudad iluminan el mar mientras te tomas un buen cóctel en uno de los bares musicales a lo largo de la costa.

La vista al mar desde el castillo de Karababa

Es hora de visitar el único castillo que aún se mantiene en pie de los dos que custodiaron Calcis hasta el siglo XIX. El castillo de Kanithos (o Karababa) se encuentra en la cima de la verde colina de Fourka y es una de las atracciones más impresionantes de la zona. Fue construido en 1684 y jugó un papel crucial en la derrota de Francisco Morosini, quién intentó conquistar Calcis durante la guerra turco-veneciana. El castillo ya no cumple funciones defensivas, pero sigue siendo el dueño de la mejor vista del golfo y tierra firme.

Dirfi, en Eubea

Un lugar mágico a solo 1 hora y media de Atenas. Los pueblos más impresionantes son Steni Dirfis y Stropones. Disfruta de la singular belleza natural, los chorros de agua, el menú que te hará agua la boca y la gran cantidad de actividades al aire libre.

El tesoro oculto de Calcis

El Museo Arqueológico de Calcis

Serás recibido por una estela hermaica sin cabeza que fue descubierta en el fuerte veneciano. En el patio frontal encontrarás capiteles, estelas funerarias, así como inmensas e imponentes estatuas de tiempos romanos.

Edificios históricos

Entre los hermosos edificios antiguos que encontrarás en Calcis están la Casa Roja, construida en 1884; la Casa de las Estatuas, construida por la Compañía de Estudios Eubeos en 1891; el Ayuntamiento, una mezcla de eclecticismo barroco e italiano; y las mansiones Kriezoti y Karakostas.

Las mezquitas

La capital de Eubea revelará una historia que te sorprenderá. De las once mezquitas que solían estar repartidas por la ciudad, solo queda la de la calle Kotsou, la cual ya no tiene su minarete. La mezquita Emir Zade fue construida en los primeros años después de la conquista turca. Aún es visible una inscripción grabada en árabe en la entrada y en su interior hay una hermosa colección de mosaicos y cerámicas bizantinos.