- Lugares para visitar
- Cosas que hacer
- Planifica tu viaje
- Inspírate
- Más
- ATRÁS
- Islas Griegas
- Ciudades y Pueblos
- Lugares y Monumentos
- Destinos Costeros
- Escapes Naturales
- By region
- ATRÁS
- Dream away
- Ideas de viaje
A pesar de su reducido tamaño, Jalki siempre causa una gran impresión a los visitantes. La isla más pequeña del Dodecaneso enamora a cualquiera que ponga sus ojos sobre el hermoso puerto de Emborio (el único pueblo). La ausencia de coches, la serenidad y el ambiente romántico te cautivarán.
En Jalki todo se mueve a un ritmo lento que sigue la actitud relajada de sus habitantes, quienes destacan por su amabilidad innata, su respeto por la isla y su amor por la vida tranquila. Pasea por callejones empedrados que atraviesan casas señoriales y viviendas restauradas, cuyas paredes portan todos los colores de la paleta de un pintor. Sumérgete en aguas cristalinas. Deja pasar el tiempo bebiendo ouzo y jugando una partida de backgammon. Y por último, deléitate con las exquisiteces de la gastronomía tradicional.
En Emborio, las coloridas casas de dos y tres plantas, con techos de tejas bañados por el sol, son como pequeñas embarcaciones ancladas en la bahía.
Al pasear por los callejones, sentirás deliciosos aromas provenientes de casas que parecen estar todas equipadas con hornos de pan. Adicionalmente, disfrutarás de la famosa makarounia de Jalki (pasta hecha a mano y secada al sol). Pídele a un lugareño que te dé a probar unos nopales o cualquiera de las frutas de sabor incomparable que hay por toda la isla.
En cuanto a la arquitectura, la iglesia de Agios Nikolaos (el santo patrón de la isla) destaca por su campanario y por su iconostasio de madera tallada, así como por su patio ornamentado con los tradicionales guijarros de playa "hohlakia". Haz una parada en el ayuntamiento, una antigua casa señorial con una espléndida torre del reloj.
Algunas de las playas de la isla son accesibles a pie y otras en caique desde Emborio. La más popular es Pontamos, una playa de arena blanca y brillante. Kania es una pintoresca playa de guijarros y aguas azules, al igual que lo son Giali, Ftenagia y Areta. Trahia, una playa entre dos canales de agua, solo es accesible en barco.
"Alarga" significa "lejos" y este monasterio en Stafia está realmente a cierta distancia de Palio Horio y del mar. Puedes llegar allí a pie en una hora y media. La caminata te llevará por paredes de piedra seca, chozas, hierbas aromáticas y montones de higueras y nopales dispersos por el terreno. El 29 de agosto, el monasterio se llena de personas que vienen a participar en la festividad religiosa más grande de la isla. Los peregrinos se alojan en las celdas de los monjes y amanecen comiendo, cantando y bailando "sousta" bajo el alto ciprés.
La antigua capital de la isla, Horio, está emplazada en la cima de una colina a 2,5 km del puerto. La gloria de Jalki yace oculta en las ruinas de las casas abandonadas.
La iglesia Panagia Horiani —caracterizada por su exquisito exterior curvo— es el punto de partida de un camino que conduce al Castillo de los Caballeros, cuyo interior está lleno de ruinas fascinantes. Además, el templo de Agios Nikolaos sigue en pie y alberga frescos de los siglos XV y XVII. Desde la fortaleza podrás admirar la maravillosa vista del mar de Kárpatos.
Ya sea que vengas en tu propia embarcación o en caique desde Emborio, vale le pena pasar un día en Alimia, un islote ubicado entre Jalki y Rodas. Podrás nadar y bucear en las aguas azules de la gran playa, mientras que en el interior del islote encontrarás las ruinas de un antiguo asentamiento y un lago de agua salada.
En contraste con el paisaje montañoso de la isla, este monasterio está rodeado de árboles y ofrece una vista panorámica. Si te gusta el senderismo, puedes llegar al monasterio tomando el sendero que comienza en Emborio y atraviesa Horio.
Desde Palarniotis parte otro sendero que conduce a Agios Georgios Riskiou, pasando por ruinas de iglesias medievales y molinos de viento abandonados.