Tríkala

En la patria de Asclepio, el icónico doctor de la Antigua Grecia, te aguarda un verdadero tesoro cultural. Esa selfie soñada con un impresionante panorama de fondo es razón más que suficiente para subir a la fortaleza medieval de la ciudad. Una vez estés allí, el encanto del edificio te conquistará. Y la torre del reloj en el este, que ha resistido con obstinación los embates de los siglos, ofrece ahora una ubicación privilegiada (y más serena) desde donde contemplar las hermosas puestas de sol.

Un tranquilo paseo por la ciudad revela la arquitectura de estilo ornamentado de las famosas casas señoriales de Tríkala, así como las viejas iglesias de los distritos de Varousi y Palia Manavika. Todas y cada una de ellas claman por tu total atención. Y si se te antoja algo en el camino, las tabernas y cafeterías de los alrededores proponen tentadoras alternativas para complacer tu apetito.

Entretanto, desde el mismísimo corazón de este exuberante y verde paisaje emerge un importante monumento industrial: el Parque y Molino Matsopoulou, la primera fábrica productora de harina y pasta en Grecia. Se trata de una imponente estructura revestida de piedra que te transportará a los días en que la producción mecanizada estaba dando sus primeros pasos. Luego, te espera un recordatorio del pasado de Grecia en la forma del Asclepeion de Tríkala. La siguiente parada es la Mezquita de Koursoum, una de las mejor conservadas del país. Finalmente, el Centro de Historia y Cultura de Kliafa te recompensará con un deslumbrante despliegue de exhibiciones.

Naturaleza y paisaje urbano

Ya sea que tengas en mente una cita romántica o un paseo tranquilo con vistas al río Lithaios, el puente peatonal de Tríkala es el sitio a donde debes ir. La "jungla verde" de la colina de Profitis Ilias es una sorpresa cuyo encanto es intensificado por su cercanía a la ciudad, mientras que en el zoológico adyacente entrarás en contacto con lo exótico de la naturaleza, ya que allí los canguros, las llamas y los ciervos protagonizan el espectáculo.

Gastronomía y productos locales

¡Los habitantes de Tríkala son conocidos por tener paladares eclécticos! Aquí, el queso feta comparte el trono con otras delicias lácteas: el yogur y los quesos galotyri y mizithra (elaborados principalmente con leche de oveja). Esta ciudad tiene una larga tradición ganadera, por tanto, no es ninguna sorpresa que la salchicha de Tríkala sea reconocida por su sabor sublime, realzado por las hierbas y especias del cercano monte Koziakas, y por la compañía de una buena copa de vino o un vaso de tsipouro.

Destinos cercanos

Con Tríkala como punto de partida, hay infinidad de lugares para disfrutar en los alrededores. A la cabeza está Meteora, donde losas gigantes de granito se elevan violentamente hacia el cielo. Son un espectáculo maravilloso y surrealista en sí mismos, pero cuando te des cuenta de que muchas de ellas están coronadas por monasterios, ciertamente pondrás en duda lo que tus ojos ven. ¿Por qué las rocas tienen esa forma? ¿Cómo fue posible la construcción de los monasterios en un sitio tan difícil? ¿Acaso hubo intervención divina? Y como si esto no fuera suficiente, Meteora es el destino preferido de los excursionistas y practicantes de rápel, quienes son atraídos por el desafío que impone este cautivador paisaje.

Una vez hayas recuperado el aliento, visita el Museo de Historia Natural y el inigualable Museo de los Hongos en Kalambaka. Como era de esperarse, este paseo incluye una búsqueda de hongos en el bosque, seguida de algunos consejos de cocina invaluables.

Elati, Pertouli, Pyli, Neraidohori

En Elati (bautizada en honor a la palabra griega para abeto) serás recibido por un majestuoso paisaje alpino. Y a solo unos pocos minutos te esperan el pintoresco Pertouli, con sus imágenes idílicas compuestas de techos de piedra roja y caballos galopantes en las praderas, así como los pueblos de Pyli y Neraidohori, que aguardan tu llegada para revelar sus encantos.