Desde Atenas: La mejor excursión privada de un día a Delfos

El pasado antiguo se encuentra con el presente en esta exploración de todo el día del yacimiento de Delfos, con sus templos y monumentos únicos, el mundo de la artesanía tradicional y los pueblos inexplorados de los alrededores.

El oráculo de Delfos se encuentra en un entorno de extraordinaria belleza natural en la ladera inferior del monte Parnaso; antes de adentrarse en el yacimiento arqueológico y admirar sus maravillas, tendrá la oportunidad de descubrir mucho más sobre la montaña y cómo es la vida aquí hoy en día.

Para ello, visitará un antiguo barrio de la ciudad, hoy en gran parte abandonado, que solía ser el barrio de los curtidores de cuero. Aquí, en un espacio fuertemente evocador del pasado, será testigo de primera mano de cómo era la vida laboral de un curtidor hace un siglo (¡y sigue siéndolo hoy!) y escuchará las historias de los curtidores -padre e hijo- para comprender cómo es la vida hoy en esta parte de Grecia.

Si tiene suerte, también podrá visitar al último fabricante de campanas de Grecia. En su pequeño taller, le mostrará el arte de la fabricación de campanas, creando las campanas que los aldeanos locales utilizan para su ganado. Como su horario de trabajo es irregular, su taller no está abierto a los visitantes en todo momento.

Después, es hora de almorzar, todo en forma de delicias locales de la región, que disfrutará sentado en la plaza del pueblo, bajo un gran plátano -probará quesos locales y las famosas aceitunas de Amfissa antes de saborear como plato principal una especialidad regional tradicional que las mujeres del pueblo han preparado para usted.

Una vez terminado el almuerzo, regresará a Delfos, el antiguo oráculo de los dioses. Este es el mejor momento para visitar el lugar, cuando las hordas de turistas se han marchado y le permiten admirar en paz las ruinas del Templo de Apolo, el reconstruido Tesoro ateniense y el Teatro. Querrá tomarse su tiempo, no sólo porque el yacimiento está construido en la ladera de una montaña, sino también porque simplemente hay mucho que ver aquí, y el entorno en sí es mágico; un lugar de gran poder espiritual abrazado a la ladera de una imponente montaña, y bajo ella, un mar de olivares hasta donde alcanza la vista, hasta el Golfo de Corinto en la distancia. No es de extrañar que incluso los gobernantes y nobles más poderosos de la antigüedad se sintieran sobrecogidos por el esplendor y veneraran el lugar sagrado de Delfos y su conexión terrenal con lo divino.

Cuando haya visto todo lo que hay que ver en el exterior, es hora de ir al museo de Delfos, a un corto paseo cuesta abajo desde el lugar. Aquí, asegúrese de ver el auriga de bronce de Delfos (se dice que su perfil es completamente diferente, dependiendo del lado de su cara que elija mirar), la inquietante Esfinge de Naxos y lo que podría ser la primera notación registrada de una melodía musical, contenida en una antigua inscripción de las paredes del Tesoro ateniense original.

Ahora, es el momento de regresar a Atenas, llevándose recuerdos de la montaña, la ciudad y la incomparable antigua Delfos.