Las islas Jónicas: el lugar donde el verde esmeralda se fusiona con el azul celeste
Explorar las islas Jónicas en los meses anteriores o posteriores al pico del verano te brinda la oportunidad de disfrutar de cada uno de esos increíbles colores de formas que nunca imaginaste.
Actívate en Zacinto
Es posible que ya hayas visto las Cuevas Azules o el naufragio de Zacinto, ¡pero apostamos a que nunca te has acercado a ellas en kayak! Explorar Zacinto en los meses anteriores o posteriores al verano es la excusa perfecta para mantenerse activo durante las vacaciones, ya sea que esto signifique explorar la costa, ponerse una escafandra autónoma (¡las cuevas del lago Keri son una parada obligada para los buceadores!) o alquilar una bicicleta de montaña para emprender rumbo a las colinas. Sin embargo, la actividad más gratificante es caminar hasta la cima del Vrachionas, a 756 metros sobre el nivel del mar. El tranquilo pueblo de Gyri —ubicado a dos tercios del camino— te encantará, pero la verdadera recompensa es la vista de 360 grados que te espera en la cima.
Un recorrido por los pueblos de Corfú
No hace falta ninguna excusa para escaparse a Corfú a principios o finales del verano, pero más allá de la gran cantidad de playas y un casco antiguo culturalmente fascinante, tenemos otra sugerencia: ir de pueblo en pueblo. En toda la isla hay docenas de pueblos. Algunos son montañosos mientras que otros son costeros, pero todos son encantadores.
Desde el conjunto de casas de piedra (¡y ocho iglesias!) de Palia Perithia en el noreste, hasta Agios Matheos en el suroeste (a una corta distancia a pie del monasterio Pantokratoros), las oportunidades son infinitas.
Lakones (en el noroeste) ofrece vistas de las playas y bahías de Palaiokastritsa desde la cima de las montañas, y Sinarades (en el centro) es el principal productor de vino de la isla. Muy cerca se encuentra Pelekas, desde donde se puede caminar hasta el observatorio Kaisar y disfrutar de las vistas panorámicas.
Los pueblos siguen y siguen... Ano Garouna y Varypatades son remotos (y por lo tanto menos visitados), mientras que Gastouri (en la costa este) es famoso gracias al cercano palacio Achilleion, construido a finales del siglo XIX por la emperatriz austríaca Isabel de Baviera.
Una muestra de Cefalonia
Cuando se trata de salir a comer y beber en Cefalonia, el vino es siempre el protagonista. La isla tiene una orgullosa tradición de alimentos y bebidas. Sus quesos (el feta picante, el blanco y suave manouri y el amarillo y duro kefalotiri) son merecidamente aclamados. Además, el aceite de oliva te encantará.
Ahora bien, si hay algo a lo que debes dedicarle tiempo, es a los vinos de la isla. El fuerte y dulce tinto Mavrodaphne, el dulce y blanco Muscat... y el seco y blanco Robola, el rey de los vinos en Cefalonia. Esta variedad —originaria de la isla— se adapta perfectamente a las laderas de las montañas donde crecen las vides. Una visita a una bodega de Robola es imprescindible.
Más allá de Léucade... siente la magia de Meganisi
Ninguna vacación está completa sin un nuevo descubrimiento. Entonces, además de visitar Léucade, debes dirigirte a las islas que se encuentran al este de sus costas: Meganisi, Kalamos y Kastos. Ubicada a una distancia de 25 minutos en barco, Meganisi es una isla de tan solo tres pueblos y una población de poco más de 1.000 habitantes... sin embargo, difícilmente sabrás por dónde empezar.
Las playas —en su mayoría accesibles a pie o en barco— compiten entre sí por la corona de belleza: Agios Ioannis, Fanari, Spilia, Barbarezou y Limonari... Y de sus tres pueblos, Katomeri es el más grande, pero nunca está abarrotado. Vathí es quizás el más pintoresco, mientras que los olivares y nogales de Spartochori te sorprenderán.
Vive tu propia odisea en Ítaca
Ítaca es, por supuesto, territorio de Homero... hogar de Odiseo y la segunda isla más pequeña de las siete islas Jónicas principales. Durante tu estadía aquí, toma el recorrido organizado de La Odisea. Ubicado en las orillas de la playa de Polis, el pueblo de Stavros (el antiguo puerto en la época del rey Odiseo) alberga una maqueta del palacio de Odiseo (conocido como la Escuela de Homero), diseñado por el famoso arquitecto italiano Bruno Mazali. Asimismo, serás tentado por la Cueva de las Ninfas (o Marmarospilia, como se le conoce de manera más prosaica). La leyenda cuenta que fue aquí donde Odiseo escondió los regalos que recibió del rey Alkinoos de los feacios. Y como broche de oro, dirígete a Piso Aetos y a la antigua acrópolis de la ciudad de Alalkomenes. Las rocas que forman los muros son tan enormes que se les conoce localmente como ciclópeas. Si esto no hace volar tu imaginación, entonces nada lo hará.
Navegando a Paxós y Antípaxos
Nuestra aventura final gira en torno al disfrute sin límites de los placeres que ofrecen los irresistibles colores del mar Jónico. Nos dirigimos a las islas de ensueño de Paxós y Antípaxos, conocidas colectivamente como Paxoí. Gaios, el puerto principal de Paxós, es el primer puerto de escala, pero definitivamente debes dirigirte al norte hacia los pintorescos y pequeños puertos de Lakka y Longós, y luego a la costa occidental, la cual es inaccesible en coche. Después navega hacia la isla gemela de Antípaxos (a solo una milla de la costa sur), en donde las playas exóticas y las cuevas marinas luchan entre sí para acaparar tu atención.
¡Todo un recorrido! Ahora imagina la hermosa luz que el sol irradia sobre Grecia en los meses de mayo y septiembre-octubre, y la emoción de tener tantas historias nuevas por descubrir.
Lo único que debes recordar es que lo bueno nunca es demasiado